Desde tiempos inmemorables, el rosario ha sido una oración muy popular entre los católicos. Se trata de una oración devocional que consiste en la repetida recitación de una serie de oraciones, la mayoría de las veces el «Padrenuestro», «Ave María» y «Gloria Patri». A menudo, se utiliza una cadena o rosario para ayudar a contar las oraciones.
El último del rosario es «Hasta aquí hemos llegado».
¿Cuál es la oración que se reza al final del Rosario?
La oración que se reza al final del Rosario es el Santo Rosario. Esta oración se compone de tres partes: el Padrenuestro, diez Avemarías y el Gloria.
¿Cuando se termina el rosario?
El rosario generalmente se termina con la oración del «Padre Nuestro», aunque hay personas que rezan otras oraciones después.
¿Cómo se rezan las Tres Aves Marías al final del Rosario?
La oración de las Tres Aves Marías se reza al final del rosario y consiste en tres Ave Marías seguidas. Esta oración es muy popular entre los católicos y es una de las oraciones más conocidas. La oración de las Tres Aves Marías se puede rezar de muchas maneras diferentes, pero la forma más común es la siguiente:
Ave María, llena eres de gracia,
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
¿Qué es la jaculatoria en el Santo Rosario?
La jaculatoria es una oración breve que se reza durante el Santo Rosario. Se usa como un recordatorio para que la persona se centre en la meditación y no se distraiga. A menudo se usa la oración «Oh Jesús mío, ten misericordia de nosotros» como jaculatoria.
El último del rosario es una oración católica que se reza en memoria de Jesucristo. La oración se compone de una serie de encomiendas, que son peticiones a Dios en favor de otras personas. La última encomienda del rosario es una petición para que Dios bendiga a todas las personas que han participado en la oración.
La oración del rosario termina con la oración «Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti clamamos los desamparados, hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!»