La oración es una de las formas en que podemos comunicarnos con Dios. Aunque a veces puede parecer que nuestras oraciones no son escuchadas, Dios siempre está escuchando. A veces, las respuestas a nuestras oraciones no son las que esperamos, pero podemos tener la seguridad de que Dios siempre nos escucha y responde a nuestras oraciones de acuerdo a su voluntad.
Según la Biblia, Dios siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones. No importa cuándo las hagamos, ni siquiera importa si estamos en pecado. Dios nos ama y quiere que le pidamos ayuda.
¿Donde dice en la Biblia que Dios escucha nuestras oraciones?
La oración es un don de Dios a los seres humanos. No importa dónde o cuándo oramos, Dios nos escucha. Él sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos (Mateo 6:8). A veces oramos y no obtenemos lo que pedimos, pero eso no significa que Dios no nos haya escuchado. Sabemos que Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros, por lo que confiamos en que él sabe lo que necesitamos, incluso si no siempre entendemos sus planes (Isaías 55:8-9).
¿Qué conseguimos cuando oramos?
Orar es una forma de conectarse con lo divino, ya sea con Dios, con la Fuente de toda energía, o con nuestra propia esencia divina. Orar nos ayuda a conectarnos con nuestra guía interior, a nuestra sabiduría interior, y a nuestra fuente de amor y paz. Orar nos ayuda a encontrar la respuesta a nuestras preguntas, a nuestros problemas, y a nuestras necesidades. Orar nos ayuda a manifestar nuestros deseos y a atraer lo que deseamos. Orar nos ayuda a curar nuestras heridas, a liberar nuestro dolor, y a sanar nuestras emociones. Orar nos ayuda a perdonar, a dejar ir, y a seguir adelante.
¿Cómo se puede escuchar la voz de Dios?
La voz de Dios puede escucharse de muchas maneras. A través de la naturaleza, en los silencios, a través de otras personas, en los sueños, o incluso en la música. Cada persona tiene su propia manera de escuchar la voz de Dios, y es importante tener en cuenta que es posible que no se pueda escuchar la voz de Dios de la misma manera todos los días. A veces, la voz de Dios puede ser clara y concisa, y otras veces puede ser más difícil de escuchar. Lo importante es estar atento a la voz de Dios y estar abierto a lo que él o ella pueda tener que decir.
¿Qué es la escucha de Dios?
La escucha de Dios es la atención activa y receptiva que prestamos a Dios en oración con el fin de discernir su voluntad para nuestras vidas. Mediante la escucha de Dios, buscamos establecer una comunión intima con él y buscamos su guía y dirección a cada paso que damos. La escucha de Dios requiere de un corazón dispuesto y humilde, ya que debemos estar abiertos a lo que él quiera decirnos, aunque no siempre sea lo que esperamos o lo que queremos escuchar. Oramos en la escucha de Dios, leemos su Palabra y nos esforzamos por tener una mente tranquila y atenta a su voz, ya que a veces puede ser sutil. A medida que nos esforzamos por la escucha de Dios, vamos a encontrar que nuestra vida va a estar más en sintonía con su voluntad y tendremos una mayor paz y tranquilidad.
El artículo concluye con una pregunta: ¿Cuándo oramos Dios nos escucha? La respuesta a esta pregunta es, naturalmente, depende. A veces parece que nuestras oraciones son ignoradas por Dios, pero esto no significa necesariamente que Él no nos esté escuchando. Debemos tener fe y esperanza de que, no importa cuándo oramos, Dios nos está escuchando.
Dios nos escucha cuando le oramos. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones y responder a ellas.